miércoles, 10 de agosto de 2011

Lucha Obrera-Estudiantil en Chile


  La lucha chilena es un ejemplo a nivel mundial. Por un lado los estudiantes tanto universitarios como secundarios se colocan en el foco de la escena desafiando la educación de mercado y de esta manera al mismísimo Piñera que ante el reclamo más que justo de acabar con la educación privada elitista, impuesta por Pinochet a fuerza de balas y sangre, solo supo responder mostrando los dientes con camiones hidrantes, palos y golpes. Por otro lado, a raíz del descontento contagioso en las calles de Chile, entraron en juego los trabajadores mineros.
 
  El 11 de julio empezaron un paro los trabajadores de Codelco, minera estatal, contra los intentos enmascarados de privatizar dicha minera. Este suceso tuvo importante relevancia en la escena política ya que la articulación de esta lucha con la de los estudiantes obligo al gobierno de Piñera a dar sus primeras respuestas a ambos sectores. Luego los obreros de La Escondida, minera de cobre privada más grande del mundo en manos del grupo anglo-australiano BHP Billiton, el 22 de julio entraron en paro, en lo que en un principio iba a ser de 48hr y finalmente termino extendiéndose. Dicha medida produjo no solo que la empresa perdiera, en solo 6 días, de 180 millones de dólares (cuestión que demuestra como la minería esta en un momento de ganancias de magnitud históricas) sino también una pequeña demostración del poder que poseen los trabajadores.
 
  Es asi como en los últimos días se fueron multiplicando las movilizaciones. De esta manera, según una encuesta realizada por El Centro de Estudios Públicos (CEP), el 74% de la población chilena no aprueba la gestión del nefasto empresario Piñera y un 80% rechaza el negocio que se hace con la educación en colegios y universidades.

   Pero toda lucha lidia con sus traidores y estos se hacen carne en organizaciones como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el Partido Comunista (PC), el Partido Socialista (PS), etc. Estas organizaciones se encuentran lejos de desarrollar el conflicto radicalizando cada medida obrera y planteando la necesidad de unión con los estudiantes como desarrollo estratégico clave para ambos conflictos y de esta manera poder conquistar ambas reivindicaciones. Por lo contrario, con mordaz desconfianza en la propia fuerza de los trabajadores, lo único que plantean es confiar en la Concertación, la “oposición” parlamentaria al oficialismo de Piñero, ósea un grupo de burócratas payasescos que en todos estos años no hicieron nada para mejorar la condición de los laburantes y sí, por el contrario, pusieron todo su empeño en que los empresarios se lleven millones y millones a costo de todas las vidas que se llevan las minas. 


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